- Las nuevas culturas organizacionales deben resultar sensibles a las demandas sociales sobre sostenibilidad.
- La experiencia de Tebrio reduciendo el impacto ambiental con sus productos, entre otros, de alimentación animal tienen el potencial de revolucionar el mercado a la vez que generan un aporte real a la protección medioambiental.
NUESTRO CAMPO DE ACCIÓN
Es una verdad enorme que los modelos de crecimiento existentes en el mundo tienen unas diferencias entre sí más relacionadas con sus relatos político-ideológicos que con sus culturas organizacionales. Existe una manera de producir conocimiento, riqueza y cultura que resulta más o menos hegemónica en todos los lugares donde se extienden las lógicas de una economía de mercado.
En relación con lo anterior, también resulta ser una verdad enorme que todos los procesos productivos generan impactos medioambientales, al menos, en la misma proporción en que generan flujos de información útil, por ejemplo, en analíticas masivas. Ahora bien, dicho esto, es igualmente cierto que los enormes desafíos que enfrentamos como especie, con énfasis, en la crisis climática, están generando una suerte de demanda social a la que una parte de las empresas está resultando altamente sensible; son aquellas que decidieron enfocarse en formas de trabajar y modelos industriales que reduzcan su impacto ambiental, incluso que están ayudando a revertir nuestra huella destructiva en los sistemas mediante los cuales el planeta se estabiliza.
En este grupo, cada vez más numeroso, se encuentra Tebrio, que busca soluciones biotecnológicas sostenibles. La idea prima es sencilla: Estamos inmersos en un tejido industrial que se constituye como un enorme generador de subproductos descartados, cuyo peso no puede ser gestionado con eficiencia, generando una larga cadena contaminante que, a estas alturas, afecta hasta el último habitante de la Tierra. Los problemas paralelos son múltiples, además de la contaminación, el calor o la calidad del aire, aparecen dificultades para abastecer de recursos y alimentos a una gran parte de la población. Ahí está el campo de acción de Tebrio.
TEBRIO REDUCE EL IMPACTO AMBIENTAL
¿Y si pensamos en una materia prima cuyo sustento se basa en un reciclaje desarrollado por la evolución? En efecto, Tenebrio molitor es una pequeña maravilla de la naturaleza que se encuentra en la parte inferior de la cadena trófica, además de ser un extraordinario reciclador (de esos subproductos descartados, antes nombrados) nos permite generar a partir de él productos de extraordinaria calidad para el sector de los alimentos. En otras palabras, la compañía Tebrio convirtió la economía circular en parte de su cultura organizacional, poniéndose a la cabeza de esos cambios que la sociedad reclama para garantizar la viabilidad de la especie.
La cría y transformación del Tenebrio molitor no deja residuos y genera escasísimas emisiones. Al ser recicladores naturales enormemente eficientes, cuando ingieren alimento lo aprovechan casi todo, a su vez, sus desechos no emiten metano ni amoniaco al no tratarse de compuestos hidrogenados. Estamos ante una revolucionaria alternativa a la generación de proteínas tradicional, con una huella ecológica que nos permite comprometernos con los objetivos estratégicos en materia ambiental. Al respecto, recordemos que Tebrio es embajadora del Pacto Europeo por el Clima.
Y no olvidemos, claro, lo fundamental de los sistemas de trabajo actual dominantes en el mundo actual: el Tenebrio molitor es el sueño realizado de cualquier esquema de acumulación cíclica de capital, puede convertir potenciales materias primas de bajísimo valor (tenemos el ejemplo de los subproductos cereales) y terminar transformándolas en nuevos productos que superan varias veces el valor inicial, como grasas y proteínas de alta calidad.
ALIMENTACIÓN ANIMAL
¿Cómo exactamente un esquema de negocio basado en la cría y transformación de escarabajos da una respuesta en clave positiva a la demanda social sobre sostenibilidad y bajo impacto ambiental? En este caso, todo gira en torno al problema del suministro de alimentos, como argumentábamos en una entrada anterior, la seguridad alimentaria es, a día de hoy, una de las grandes preocupaciones de expertos y organismos internacionales. Ya no es un secreto para nadie que los modelos lineales a través de los cuales nos alimentamos no resultan viables. Cualquier alternativa pasa por “sostenibilidad y la seguridad desde el diseño”.
Es también un hecho en el terreno de la clínica que no podemos abandonar el consumo de proteínas. Así qué un aporte realmente valioso al sistema industrial es una fuente alternativa y sostenible para, en una primera instancia, alimentar a los animales que, a su vez, nos alimentan.
Pero también a aquellos que nos acompañan o hacen parte de la familia. En un artículo reciente, Sabas de Diego, CTO de Tebrio, llamaba la atención sobre los datos, entre un 12% y un 20% de la proteína animal producida cada año es consumida por nuestros animales. Y más de la mitad de las familias del mundo tienen un animal en casa, las cifras parecen aumentar a un ritmo mayor que el propio crecimiento de la población mundial. El gran desafío está en que todo ese esfuerzo agrícola y ganadero es responsable del 20% de las emisiones de CO2 cada año.
Así pues, Tebrio propone que parte de la solución a este cortocircuito productivo de escala mundial pase por la cría y transformación del escarabajo Tenebrio molitor. Su procesamiento nos permite obtener un tipo de harina con un 72% de proteína, es decir, un potencial nutritivo que lo acerca al pescado. Las investigaciones, por otra parte, han demostrado la presencia de péptidos antimicrobianos en esta harina, con un balance positivo de ácido láurico .
Imaginemos todo el movimiento económico que se podría poner en marcha si durante los próximos años comezamos a introducir un porcentaje de proteína de insectos en la formulación de piensos ganaderos para complementar o reducir el abuso de otras fuentes de proteína que no son sostenibles en los volúmenes que ahora se producen. Con eso bastaría para optimizar una buena parte de los recursos y la tierra cultivable. El resultado sería lo que hoy consideramos la mayor rentabilidad: una reducción clara de la presión sobre los recursos del planeta y el medio ambiente.
Pensando en este gran objetivo, Tebrio lleva varios años desarrollando una línea de productos especialmente pensada para la alimentación animal y pet-food, con un potencial suficiente para revolucionar a la industria agroalimentaria. Y este es nuestro aporte a un mundo mejor.
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